MUDÉJARES REBELDES DE SELIM AL-MANZUR (1526).
 

      

 Presentado el 28 marzo de 2010 durante la 1º Recreación Histórica de la Guerra de Espadán en Vall de Almonacid (Castellón). Está formado por más de 50 personas, entre las que también colaboran  especialistas en combate medieval y renacentista con espada, alfanje, mano y media, montante y lanza.
 


BREVE RESEÑA HISTÓRICA
Entre noviembre y diciembre de 1525 las mezquitas que había en la sierra de Espadán fueron cerradas y sus habitantes obligados a convertirse al Cristianismo; todo aquel que se negara sería convertido en esclavo, confiscados todos sus bienes y debería llevar una media luna azul en el turbante. Esto produjo una revuelta que empezó en Benaguasil y se extendió por toda la sierra, aquí se eligió como dirigente a Gargau, un campesino de Algar del Palancia, que tomó el nombre de guerra de “Selim Al-Manzur”, y que sería ejecutado en Segorbe al acabar la contienda.

El 28 de marzo de 1526, tuvo lugar en esta comarca la Batalla de Miércoles Santo entre los mudéjares de estos pueblos y las tropas del Emperador Carlos, comandas por el Duque de Segorbe, que acabó con una victoria de los moriscos que mantendrían el control de la sierra hasta el mes de septiembre, cuando fueron definitivamente derrotados en otra batalla que sucedió los días 18 y 19 entre la fuente de La Rodana y el pico de Espadán.

En el transcurso de las dos batallas los moriscos asaltaron Chilches y se llevaron la custodia de la iglesia, que fue posteriormente recuperada con la victoria final de los imperiales. Tuvieron que intervenir tropas de Valencia, Onda, Segorbe y 3000 lansquenetes alemanes. Es de destacar que las miradas de todos los países europeos estuvieron fijas en la Sierra de Espadan, ya que era el único país que conservaba musulmanes en sus territorios, y fue la última victoria militar de estos en territorio europeo. El Papa Clemente VII lo consideró como Cruzada.

  

     

 Tropas de Selim Al-Manzur enfrentándose a los imperiales del duque de Segorbe durante la recreación de la Guerra de Espadán. Estos guerreros musulmanes estaban bien entrenados y armados y, además, tenían experiencia de combate, ya que unos pocos años antes habían luchado en la Guerra de las Germanías como vasallos en las huestes de los señores valencianos enfrentadas desde 1519 a 1523 a los "agermanados". Aunque las costumbres y el aspecto eran bien distintos, las armas empleadas por ambos bandos en la Guerra de Espadan eran muy similares. 

       

        

Muestra de las variadas vestimentas de los mudéjares y de diversos tipos de cascos, prendas y turbantes "a la turca", típicos de principios del siglo XVI. Los mudéjares valencianos recibían ayudas, armas y pertrechos de los otomanos a través de varios puertos, entre ellos el de Benidorm, en el que atracaron las embarcaciones del famoso Barbarroja.
 

 

Arcabuceros y escopeteros mudéjares de centinelas a las puestas de Vall de Almonacid y haciendo fuego con sus arcabuces. Las armas de fuego eran mucho mas escasas que las de las tropas enemigas en la Guerra de Espadan, pero supieron aprovechar el difícil terreno de los accesos a la sierra de este nombre, sobre todo en la primera batalla, la del "Miércoles Santo".

     

También se utilizaron ballestas y todo tipo de armas arrojadizas para evitar el combate frontal en campo abierto, en la que un ejercito de estas características era muy inferior a las huestes valencianas y los lansquenetes de alemanes de las tropas imperiales.

     

Selim Al-Manzur (Eloy Pérez) era un simple campesino de Algar, conocido como "Gargau", que no quería renunciar a su religión y costumbres, pero se convirtió en un hábil líder de los mudéjares rebeldes, que le nombraron "rey de Espadán", y también en un buen estratega. Venció a las tropas del Duque de Segorbe en marzo de 1526 y puso en jaque a los imperiales en varios combates y escaramuzas hasta septiembre de ese año, cuando fue derrotado y posteriormente ejecutado. En la imagen de la derecha, un alfaquí (Ramón Roig) muestra el sagrario robado en el saqueo de la iglesia de Chilches. La profanación de este símbolo sagrado fue una de las principales motivaciones entre los cristianos para reclutar tropas en Valencia en la lucha contra los musulmanes rebeldes.

 

Civiles mudéjares. A la izquierda unos niños y a la derecha un grupo de músicos con sus típicos instrumentos de origen árabe. Al igual que sucediera 80 años mas tarde durante la expulsión de los moriscos de 1609, en la revuelta de 1526 la población musulmana de algunos puntos del Reino de Valencia también se implico en los combates, incluidos las mujeres y los niños.

Texto: Joaquín Blasco y Fernando Boán-Montenegro
Fotografías: Pilar Albelda

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