Levante-EMV (12/Nov./2006):

 

 

 

Regreso a la Guerra de la Independencia

Las Torres de Serranos fueron escenario de la segunda jornada sobre la invasión napoleónica

Laura Sena, Valencia

El estruendo de un cañonazo junto a las Torres de Serranos paralizó ayer la ciudad de Valencia y fue el detonante del inicio de una nueva batalla entre las tropas napoleónicas y el Ejército Español. La acción se enmarcaba en la segunda jornada de recreación histórica sobre la Guerra de la Independencia que, durante el fin de semana, han organizado la Asociación Napoleónica Valenciana y los Amigos del Museo Histórico- Militar de Valencia.


La pieza de artillería es una joya que llegó a Valencia desde A Coruña y ha sido un elemento fundamental en las exhibiciones. Es un cañón de cuatro libras de calibre que pesa más de 600 kilos y dispara hasta 800 metros. El artefacto lució por las principales calles del centro de Valencia de forma improvisada, ya que las tropas tenían que trasladarse en autobús desde el Museo Militar hasta la Plaza Manises, donde comenzaba el desfile hasta las Torres de Serranos. Pero el peso del cañón impidió que pudiera ser cargado en el vehículo y hubo de ser transportado «a mano», por procedimiento de arrastre como se hacía en la época, ante la mirada atenta de decenas de personas. También los artilleros desfilaron con al cañón.
Unas 70 personas participaron en la exhibición que incluyó el desfile de todas las formaciones participantes, llegadas desde diferentes provincias españolas donde existen colectivos de estudio, investigación y recreación de este período histórico. Posteriormente se escenificó una lucha, la instrucción de las tropas y el fuego de mosquetes. Según los organizadores, los actos son el aperitivo de las dos grandes batallas que se recrearán en los próximos meses -la de Sagunt y la de las Torres de Serranos- con motivo de la conmemoración del segundo centenario de la Guerra de la Independencia, en 2008.
Para ello, desde la Asociación Napoleónica Valenciana se reclamaron ayer más ayudas de las instituciones públicas, ya que hasta la fecha -a excepción de estas jornadas - nunca han tenido subvenciones.
Por ello, los socios costean su propia afición, en ocasiones muy cara. Además de los viajes y desplazamientos a demostraciones como las de ayer, los asociados valencianos pagan entre 600 y 1.000 euros por un fusil y otros 1.000 por un uniforme. Su participación en las recreaciones es voluntaria.
 


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